Acabar con judicialización y tomar decisiones rápido: Gustavo Cantú

Movimiento. Esa es la palabra preferida por Gustavo Cantú, como si se tratara del Heráclito de las telecomunicaciones. Para el vicepresidente corporativo de Nextel, el movimiento significa que el gobierno decida con más celeridad sus políticas y procedimientos en beneficio del sector y de los consumidores. Considera que los cuestionamientos a la autoridad son consecuencia de “un movimiento competitivo que a muchos no les gusta.” Dice que en los últimos once meses ha visto más dinamismo que en cinco años.

Después de la accidentada y polémica licitación 21 del espectro radioeléctrico, la entrevista con Gustavo Cantú gira entorno a su alianza con Televisa, los amparos de Iusacell, la política regulatoria del gobierno y la llamada “guerra de las telecomunicaciones”. “Para mí lo más importante es el tiempo”, dice el ejecutivo de Nextel, y menciona las condiciones que privan dentro del “atípico” mercado mexicano: judicialización y barreras de entrada a la competencia. “Ninguna política regulatoria es perfecta; como los planes de la guerra, ninguno sobrevive al contacto con el enemigo.”

¿Lo que pudo ser y no fue?

Bastaron tres semanas en Estados Unidos para concretar la transacción entre Nextel y Televisa para participar en la licitación 21. Previamente ambos corporativos habían vislumbrado una sinergia para desplegar una red Wimax a través de la banda de 3.4 Ghz, pero no fructificó. “Con Televisa siempre habíamos tenido buena relación. Somos clientes de ellos desde hace muchos años. Cuando se publicaron las bases de la licitación 21 fue un paso muy natural hacer algo juntos; se negoció muy rápido. Nos comprometimos a participar conjuntamente en la licitación. Una vez ganada, Televisa realizaría una inversión en Nextel del 30 por ciento de los activos. Asimismo, se modificaría el Consejo de Administración para que Televisa tuviera dos miembros y pasar de cuatro a seis integrantes.”

Cantú explica que para Televisa era riesgoso entrar al mercado. Quería un socio con experiencia en comunicación móvil. En Nextel “queríamos algunas ventajas como los contenidos, las redes de distribución de Televisa, estar con los cableros y Sky, realizar sinergias operativas y llevar la alianza más allá de los acuerdos comerciales”.

La gran discusión en los medios de comunicación se desató cuando la alianza Televisa-Nextel ganaría, sin competencia, un bloque nacional de espectro radioeléctrico por 180.3 millones de pesos, cuando los otros competidores (Telcel-Telefónica) tuvieron que pagar más de 5 mil millones de pesos por un bloque similar. La licitación 21 fue calificada por la prensa especializada y no pocos analistas como una ganga.

“El pago inicial no es la totalidad de la licitación sino que hay que pagar derechos. En conjunto, la diferencia ronda entre 22 y 23 por ciento. Es una diferencia usual en este tipo de procesos. En México ha habido otras licitaciones con una diferencia mucho mayor. Las personas se perdieron en los ceros y no se dieron cuenta que el porcentaje del diferencial del precio de la licitación 21 fue totalmente normal”. Además, las bases de licitación “fueron las mismas que se utilizaron en otras licitaciones y las mejores que pudimos haber tenido”.

Cuando se le pregunta ¿cómo convencería de que lo que pagaron por la licitación 21 no fue una ganga?, Gustavo Cantú responde: “con un comparativo internacional. Históricamente, Nextel ha pagado mucho por su espectro y nunca recibió una asignación directa de espectro sino que siempre fue por licitación o adquisición. Analizar el espectro como un tema recaudatorio es lo que más le afecta al consumidor. Entre más caro se licite el espectro más se le va a cobrar al consumidor. El espectro en México es muy caro. La licitación no fue atípica, el diferencial fue normal pero se utilizó como una cortina de humo para tratar de evitar la entrada de nuevos competidores y mayor dinamismo en el mercado”.

Dice que la licitación 21 salió bien. “Nextel salió muy beneficiada de todo el proceso al igual que las demás empresas que también obtuvieron espectro. El gobierno y el Poder Judicial no se doblaron ante las presiones anticompetitivas de algunos grupos.”

Explica que cuando un operador busca desarrollar nuevas bandas en un país, los operadores existentes pueden pagar mucho más que un nuevo jugador. La competencia siempre significa una caída en los precios hacia el consumidor y, por lo tanto, una pérdida de margen del operador existente. La nueva empresa puede pagar lo que le permite su plan de negocios; en cambio, el operador existente puede pagar lo de su plan de negocios más el diferencial de la perdida de margen del dinamismo competitivo. Por lo tanto, “las licitaciones de las bandas se diseñan para que los operadores actuales puedan tener espectro adicional y los operadores entrantes puedan acceder a él, ese es un modelo que se usa en Canadá, Estados Unidos, Europa, Brasil, Chile, Argentina y Turquía. Fue el mismo modelo que utilizó en México. La pregunta es por qué no llegaron otros competidores y quedaron 30 Mhz desiertos”.

País de litigios

A decir de Gustavo Cantú, “el ambiente litigioso del país hace que muchos operadores no volteen a ver a México”. Con motivo de la licitación 21, Nextel enfrenta 80 juicios, de los cuales 40 ya quedaron resueltos a favor de la licitación.

Revela que algunos de esos amparos han derivado en acciones contra jueces y secretarios de acuerdos; ya también sancionaron a Grupo Salinas y un tribunal le dio vista al Ministerio Público. El secretario de acuerdos del Juzgado Noveno en Materia Administrativa en el Distrito Federal, Esiquio Martínez Hernández, fue encarcelado por enriquecimiento ilícito. “Curiosamente fue el único que dictó un amparo contra la licitación 21 que ya fue revocado por un tribunal de segunda instancia. El Consejo de la Judicatura decidió juntar todos los juicios en un solo juzgado. El día que eso ocurrió Iusacell dejó de buscar amparos en todos lados.”

-¿En función de los litigios, Nextel puede o no utilizar el espectro y explotar su título de concesión?

-Claro que podemos invertir. Obtuvimos un título de concesión que tenemos que cumplir. Si no lo hacemos entonces estamos en un incumplimiento. Con el nuevo espectro estamos evolucionando de una red iDEN a una WCDMA, vamos a tener una ampliación muy pensada del mercado, a ofrecer nuevos planes y servicios de banda ancha móvil de más velocidad en una parte del mercado a la cual no se tenía acceso.

-¿Entonces por qué abandonó Televisa la alianza?

-Televisa veía un tema de riesgo y otras razones no vinculadas con la telefonía. Televisa sólo estaba participando en el plan de negocios de Nextel, pero su salida no nos afectó porque podíamos ejecutar perfectamente nuestro propio plan de negocios. Si no tienes a un inversionista, lo haces tú solo. Ahora los contenidos se tendrán que adquirir directamente a Televisa y a otros operadores.

Aunque en noticias claves como la salida de Televisa las acciones de NII Holdings bajaron, la empresa controladora de Nextel, Gustavo Cantú no observa una relación entre el movimiento del precio de la acción y el proceso de licitación. Asegura que el mercado y los reportes de los inversionistas entendían lo que estaba ocurriendo en México, porque no es el único país donde se politizan y judicializan los procesos competitivos. En todo caso, “lo que veían en Estados Unidos era el despliegue mediático y judicial de Iusacell para evitar la entrada de más competencia en el mercado”.

-¿Por qué Nextel, y no Televisa, dio la cara en todo el proceso?

-Porque Televisa sólo iba a tener 30 por ciento de la empresa y su inversión se concretaba hasta que finalizara la licitación. El socio mayoritario era Nextel y el que estaba más interesado en concretar su único negocio que es la telefonía, porque Televisa tiene un negocio diversificado. Es natural que el socio principal lleve la voz cantante.

Cantú reconoce que “Televisa sigue teniendo la necesidad de tener acceso al mercado móvil”, por eso su alianza con Iusacell. “Era el único operador que quedaba en el mercado, aunque todavía no se autoriza.” Sobre si la compra del 50 por ciento de las acciones de Iusacell fue un una buena inversión, Cantú sostiene que “el tiempo decidirá si la operación fue exitosa. Iusacell tendrá que ofrecer más planes y equipos. Para el consumidor será una buena competencia. A Nextel no nos preocupa porque llevamos años compitiendo con Telcel y Telefónica y en otros mercados competimos con otros operadores. Para Nextel la competencia es algo muy natural. Fuimos el último operador que llegó a México”.

A finales de 2010, Nextel tenía 3,361 millones de usuarios, una participación de mercado de 3.67 por ciento e ingresos por 25 mil 691 millones de pesos. En cambio, Iusacell contaba 4,201 millones de suscriptores, equivalentes a 4.59 por ciento del parque celular e ingresos por sólo 11 mil 145 millones de pesos. En cuanto a la tenencia de espectro, según datos de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), después de las licitaciones 20 y 21, Nextel quedó con un promedio de 52.9 MHz, mientras que Iusacell-Unefón cuenta con 53.8 Mhz, Telefónica con 61.3 Mhz y Telcel con 77.6 Mhz en las nueve regiones celulares que está dividido el país.

El gobierno se mueve

El gobierno mexicano tardó seis años en otorgarle a Nextel el título de concesión para operar telefonía móvil. “En ese momento fue una mala decisión. En ningún otro país una empresa que quiere invertir y que tiene la capacidad técnica y económica para hacerlo se tardan tanto tiempo sin una razón de fondo para negar la concesión. Cuando una empresa solicita dar un nuevo servicio se le da inmediatamente o lo antes posible. Era una barrera de acceso regulatoria que nunca entendimos. Lo que generaba esa barrera era una combinación de autoridad y competidores.”

Sostiene que las barreras regulatorias se han politizado rápidamente. “Las decisiones vienen politizadas desde hace años. La licitación 21 es sólo un ejemplo más de la alta politización de las decisiones. México es un mercado con un número sano de competidores; sin embargo, no se aprecia el dinamismo competitivo desde el punto de vista de las decisiones gubernamentales. Todo es amparo. Todo es litigios. Todo es presión. Todo es periodicazos.”

Reconoce que en los últimos once meses han comenzado a ordenarse, a acelerarse y a tener más claridad las decisiones del gobierno. “Desde que llegó Mony de Swaan veo una Cofetel más estable y su desempeño ha sido muy bueno. Yo espero que esa tendencia siga. Los vacíos en los nombramientos es lo que estorba el desarrollo del sector. Si va a haber un subsecretario que lo nombren, si no que quiten la Subsecretaría de Comunicaciones.”

En cuanto a las decisiones, se refiere, sobre todo, a los procesos licitatorios y a la resolución de la SCJN a favor de no otorgar la suspensión en materia de tarifas de interconexión. Asegura que ambas acciones benefician a los consumidores y al mercado mexicano. “Las empresas tienen que encontrar que el beneficio del consumidor sea la base de su riqueza.”

Sobre la “guerra de las telecomunicaciones”, dice que es normal que los operadores firmen contratos entre sí y, al mismo tiempo, se peleen el mercado. “Lo atípico es la crispación del mercado mexicano, que sea tan litigioso y tan tardado. Las decisiones toman mucho tiempo y no se termina de dilucidar hacia dónde se quiere llegar.”

Cantú estima que los tribunales especializados para la resolución de temas de telecomunicaciones y competencia son importantes. “El problema de un litigio es que lo interpone alguien a sabiendas que lo va a perder, pero su intención es demorar. En temas de mercados un atraso de uno, dos o más años es nocivo para la competencia. A nadie se le niega su derecho a la justicia pero que no se utilice el amparo como una herramienta para chicanear el proceso competitivo. Lo importante es que los tribunales resuelvan con celeridad.”

Sobre la decisión de la SCT de negarle a Telmex el cambio en su título de concesión, el ejecutivo de la telefónica estadounidense sostiene que lo importante es el tiempo. “Si el cambio en el título de concesión de Telmex beneficia al consumidor, que se haga, y que se informe oportunamente a los operadores para poder realizar sus procesos. Quisiera saber a detalle por qué se le negó a Telmex la modificación en su título de concesión. Ahora le suman temas como la consolidación de Áreas de Servicio Local. El gobierno debe tomar una decisión pronto de cómo quiere la competencia y cómo va a lograrla.

-¿Apreciaría un favoritismo por parte del gobierno?

-Hay muchas presiones por todos lados y cuesta trabajo dilucidar si el gobierno está a favor de una empresa en particular. Lo que sí es cierto es que el gobierno tiene que ser parejo con todos. Hay muchos temas que es necesario sacar adelante como la transición a la televisión digital terrestre y los nuevos canales de televisión. Hay que simplificar los procesos y aplicar la ley actual, porque una nueva legislación no es la panacea. Vivir a expensas de un futuro legislativo sólo atrasa el sector y mantiene el statu quo.”

Aclara que “un monopolio no lo es por el número de usuarios que tenga, sino por las prácticas que cometa para bloquear la entrada a la competencia o por abusar de su posición dominante. La teoría de que alguien es demasiado grande y necesariamente es un monopolio, quedó superada en los años ochenta.”

Para Gustavo Cantú no era necesario promulgar un Acuerdo de Convergencia. “La Ley Federal de Telecomunicaciones (LFT) tenía todos las herramientas pero había que cumplirla. Ahora el Acuerdo de Convergencia forma parte de la regulación pero hay que analizar si cinco años después sigue siendo totalmente válido. Para qué necesitamos más regulación si ya existe una ley que dice lo que hay que hacer. La LFT precisa que sí puedes solicitar servicios adicionales y que para ello requieres estar al corriente en el cumplimiento de las condiciones de tu título de concesión.”

Los incumplimientos del título de concesión tienen consecuencias muy específicas y pueden llegar a la revocación de una concesión. “La pregunta es si el gobierno va a llevar ese incumplimiento hasta sus últimas consecuencias. Además, hay diferentes tipos de incumplimientos: graves, no tan graves, gravísimos. A lo mejor son incumplimientos que Telmex puede solucionar en algunos meses. Entonces que el gobierno le diga cuál es la ‘lista del mandado’ para que le den su título de concesión. Yo esperaría que le resuelvan rápido.”

Desde el piso 32 de la Torre Nextel en Santa Fe, a sólo 200 metros de la Cofetel, Cantú también esperaría que Telmex y Telcel se sumen a la dinámica del movimiento.

-¿Ellos también obstruyen?

-No lo obstruyen todo. Ahora ellos dicen que son obstruidos. Hay que dinamizar. Ellos también han interpuesto muchos amparos. Hay que terminar con la litigiosidad y darle certidumbre al mercado. Acabemos todos los operadores con la judicialización del sector y sentémonos a platicar y a sacar políticas públicas con el gobierno. No digamos que se haga la competencia en los bueyes de mi vecino. Si sabes competir te va ir muy bien, mejor que si tratas de frenar la competencia.

Publicado el 7 de junio de 2011 en Mediatelecom.

Acerca de Jorge Bravo
Estudio los medios de comunicación, las telecomunicaciones, la sociedad digital y la comunicación política. Presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi). Director General de Digital Policy & Law, empresa consultora y agencia de noticias especializada en políticas públicas de telecomunicaciones. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM.

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